viernes, 11 de abril de 2008

La Magia Sanadora del Agua


Nuestro cuerpo está compuesto por un 70 % de agua y la superficie de la Tierra también alberga un 70 % de agua. Lejos de estar inanimada, el agua está viva. Los experimentos del doctor Emoto y del padre Fliege evidencian que nuestros pensamientos y emociones; así como las palabras que pronunciamos actúan sobre las moléculas de agua demostrando que la conciencia afecta a la materia.

El agua representa para todos los seres vivos en general uno de los elementos esenciales para su supervivencia. Al hombre, entre otras utilidades, ese líquido también le reporta beneficios inestimables cuando es usado en terapias de sanación. Hay documentos que demuestran el conocimiento y la utilización de la hidroterapia ya por los antiguos pueblos chinos, pero su utilización propiamente dicha solamente se difundió a partir del siglo XIX, cuando el pastor protestante Sebastián Kneipp la sistematizó.

La hidroterapia es el proceso terapéutico que consiste en el tratamiento de todo el cuerpo o de algunas de sus partes con agua a temperaturas variadas. Puede contribuir a la curación de las enfermedades más diversas, a través de la presión ejercida sobre el cuerpo, de los baños simples o con la adición algunos elementos, como hierbas, esencias, minerales, cristales, etc.

El uso del agua,  tanto su ingestión (agua pura, preferentemente de fuente mineral, o en forma de infusiones) y su uso en baños de limpieza diarios, su aplicación a través de métodos específicos, constituyen una manera segura de utilizar la naturaleza para conseguir el equilibrio del cuerpo.





 

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